domingo, 15 de junio de 2014

Día del Señor? No. 2 - De Almojábanas, Mermeladas y Señoras.


                                   



De Almojábanas, Mermeladas y Señoras. 


El país de la prosperidad, fragmentado por las locomotoras que lo “prosperizaron”, y cercenado por las democráticas balas que lo “pacificaron” (ambos patrióticos proyectos, fruto de las mentes de dos muy parecidos padres de la patria en ficticia discordia), ahora aparenta estar polarizado entre un dandi come almojábanas y la reencarnación de Atila en versión montañera, conocido como El Azote de la Far. Parece que el dandi come almojábanas, antes lugarteniente de las huestes de los “Hunos”, mutó y pasó a ser de los “otros”; transformación plausible y coherente de acuerdo a su memorial máxima: “Sólo los imbéciles no cambian de opinión cuando cambian las circunstancias”. 

Precisamente por la tan mentada polarización, es que creo que Clarita (la memorable “Sobrinita Pálida” de Klim) cayó flechada ante los encantos del dandi almojabanita, y cómo no!, escuchar un <quiero tus votos de boca de Juan Ma (que habla como si tuviera a toda hora una almojábana en el mascadero), seguramente resulta absolutamente irresistible (y hasta erótico, en caso que la almojábana sea de cuajada). Pero el dilema moral de toda esta cuestión no descansa en los amores políticos de Clara y Juan Ma, sino en optar por ser “señora” o “imbécil”. 

Cuando el senador Jorge Robledo hizo pública una carta criticando la postura de Clara en la segunda vuelta electoral, ella muy pispa declaró que había sido retada a una pelea, y que las señoras no peleaban. Esta postura resulta loable en un país donde hasta los payasos que deberían divertir, predican un odio <electrizante, como Pachito. Muy cierto es que Clara es toda una señora, portavoz de una infranqueable “señoría” que todo dandi busca cuando de amasar se trata (hablo de votos, no de almojábanas).








Lamento decirle senador Robledo, que ante una señora como Clara, tiene todas las de perder, antes debe agradecer que no le recordó su “imbecilidad” por no cambiar de posición cuando así las circunstancias de la segunda vuelta lo exigieron, pero no crea que Clarita fue caritativa con sumercé (espero no lo mortifique el dialecto almojabanita, pero las mejores son las de Boyacá), es que hasta ahora le está aprendiendo las mañas a Juan Ma; seguro cuando llegue a la alcaldía de Bogotá, su administración en lugar de locomotoras traerá por fin el metro, sin contar con que disfrutaremos de un nuevo postre gourmet en la zona T: almojábana con mermelada. 

Por otra parte, temo que el principio de la “imbecilidad” sea después usado por el dandi cuando éste le haya amasado los votos a Clara y la deje viendo un chispero; pero sinceramente senador Robledo, no nos podemos poner como el Atila montañero, furiosos y desesperados. Así que señor Robledo, tómese unas goticas de valeriana (espero no mortificarlo con la prescripción) y deje a Clarita tomar vuelo como si fuera la palomita del dandi, ella ya es una señora y sabe cómo comer las almojábanas, si con aguapanela como en Arcabuco, o solas con mermelada al estilo de Bogotá. 


Clara, todo sea por la palomita, vuela tan alto como puedas, no deseo que termines como una gallina de esas que ponen los “huevitos” que tanto le gustan al Atila montañero; aunque sería muy conveniente, hablando de gallináceos, tener memoria de pollo y así poder olvidar esas bellas palabras por las que creí que este gallinero se salvaría de aquellos gallos finos, tanto de los "Hunos" como de los "otros", que por hacer la guerra sucia, no se ganarían el derecho a gobernar, “no van a hacer los cambios, no van a poder concretar la paz que es lo que necesitamos los colombianos” dijo Clarita en tiempos cuando aún no sucumbía al amor almojabanita... Pío Pío señora!, Pío Pío Pío mamá, ¿Qué te pasó Clarita?.



CARLINO.



LA GALLINA MELLICERA:


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